Brasil es sinónimo de playas con clima cálido, de carnaval, y en las vacaciones de verano es una de las opciones más elegidas por los turistas que llegan desde todas partes del mundo.
Dentro de las innumerables propuestas del país, la isla más extensa, Ilhabela, le hace honor a su nombre. Sus 300 km² y una costa de más de 150 km están integrados por playas fantásticas, cascadas transparentes y una impactante vegetación selvática.
Ilhabela está ubicada a 210 km. de Sao Paulo y a ella se llega en balsa, o mediante una escala que Costa Cruceros realiza en su recorrido por América Latina, dado que recala en la isla durante todo un día.
El barco de Costa Cruceros arriba a Ilhabela durante la mañana y ofrece una amplitud horaria que permite a los viajeros vivir una jornada intensa con el sello de sus fantásticas playas en un clima tropical que invita a la diversión y al relax.
Guía rápida para descubrir Ilhabela en tres pasos:
- Elegir una playa
Su riqueza natural se compone de más de 40 playas con diferentes características que se adaptan al gusto variado de los visitantes: mirando de frente al continente, las aguas del mar son serenas, mientras que del lado atlántico, suelen ser un poco más agitadas.
Las playas más destacadas por su belleza son:
Praia do Castelhanos. Ubicada en el este de Ilhabela, se llega por medio de un camino sinuoso y en 4×4, pero vale la pena la travesía.
Praia Pedras do Sino. Con una historia rica sobre piratas y una victoria de los lugareños, es llamativa por sus piedras y el sonido que éstas emiten, similar al de una campana.
También son famosas las playas de Barreiros, Curral, Viana, Bonete Beach y Praia Grande.
- Practicar buceo y snorkel
La alternativa ideal para turistas aventureros que desean descubrir la diversidad de la flora y fauna marina brasileña es sumergirse en el mar.
Se pueden alquilar equipos y hacer inmersiones profundas en la Isla de las Cabras, o bien realizar snorkel en la orilla de la isla.
- Recorrer la isla
Animarse a practicar trekking en Ilhabela es una experiencia única. Senderos selváticos, miradores y cascadas asombrosas se despliegan ante la vista de los caminantes.
Algunas cascadas imperdibles son: Cachoeira do Gato, con un salto de agua de 40 metros; Cachoeira da Toca, que posee un tobogán natural de 50 metros de largo y Cachoeira do Veloso, en el sur de la isla, donde la caída de agua desde lo alto forma una piscina natural en la superficie.
Además, una caminata por la isla permite conocer sus cafés, restaurantes, museos, centros culturales, sus tiendas con ropa de diseño y el puerto. Comer un plato típico a base de peces o camarones en sus chiringuitos de la playa y degustar una cerveza mirando el mar, también son una excelente manera de disfrutar Ilhabela.