Ecuador se desvivió por su turismo interno y hoy justifica ese esfuerzo. Distintas ciudades y lugares crecieron con su promoción y calidad de servicio. El ingreso de turistas extranjeros incrementó el movimiento comercial y significó un marcado aumento económico financiero.
Recientemente regresamos a Guayaquil. Un año ha transcurrido del último viaje y es increíble ver el crecimiento experimentado en ese lapso. La renovación de edificios históricos, reacondicionamiento de calles y autopistas, mejoramiento en el transporte, crecimiento de emprendimientos edilicios, el embutido de cableados aéreos y alumbrado público renovaron la ciudad.
Nos alojamos, como el año pasado, en el Grand Hotel Guayaquil, un tradicional y renovado hotel que cuenta con todos los servicios y una especial atención. Se destaca su gastronomía en el lujoso restaurante 1822, que pertenece al hotel y que brinda a sus pasajeros y clientes un variado menúinternacional de categoría.
Llegamos a un lugar tradicional: el renovado Malecón Simón
Bolívar que nos sorprende cada vez que lo recorremos. Sus destacados monumentos
a las banderas, la torre Morisca, de los
Donantes y Simón Bolívar y San Martín,
esculturas bellísimas.También desde allí se puede disfrutar de paseos
náuticos con diversos recorridos y alternativas.
En nuestra visita destacamos la seguridad, limpieza y posibilidades tales como gastronomía, comercios, lugares temáticos, espectáculos y su botánico. En fin, un recreo imperdible que cuenta con el marco de su paisaje costero.
Llegamos hasta el Palacio Cristal que durante 90 años funcionó como Mercado Sur, Plaza Olmedo en donde hallamos el monumento al prócer José Joaquin de Olmedo, primer Alcalde de la ciudad y precursor de la Revolución del 9 de Octubre de 1820. Junto a él se encuentra el Club Unión, tradición de Guayaquil desde 1927.
Cerca de allí, otro lugar despierta el interés de quien visita Guayaquil y es imperdible.
Nos referimos al Cerro Santa Ana, ubicado al pie del Río Guayas y al noroeste
de la ciudad de Guayaquil.Es el sitio desde donde se originó esta ciudad.
Transitando por sus escalinatas se disfruta de loscomercios dedicados a
antigüedades, artículos autóctonos, gastronomía diversa y todo ello con el
marco de la ciudad que a cada paso va mostrando sus paisajes.
Luego de subir 444 escalones llegamos al Mirador, el punto más elevado del cerro donde se levantan El Faro (ahora renovado), la Plaza de Honores, la Capilla Santa Ana, el Museo Abierto y el Cuartel.
La Catedral de Guayaquil conocida oficialmente como Catedral San Pedro se encuentra en pleno Centro de la ciudad, consta de dos torres de estilo semigótico y junto a ella se levantan la Iglesia del Sagrario y el Palacio Arzobispal.
Frente a la Catedral se encuentra el Parque
Seminario o de las Iguanas. Allí habitan las iguanas que andan sueltas por toda
la plaza y comparten su hábitat con quienes las visitan. Es un epicentro de los turistas y lugar de
encuentro de sus habitantes. En el centro de la misma se encuentra la estatua
del Libertador Simón Bolívar.
Seguimos recorriendo parte de esta inmensa ciudad. Visitamos el Malecón del Salado,recorrimos su principal arteria, la Avenida 9 de Octubre, locales de comida, el Parque de la Ciudadela Ferroviaria, el Parque Guayaquil y el Estero. Por supuesto no dejamos de conocer Las Islas Galápagos, archipiélago del Océano Pacífico ubicado a 972 km. de la costa de Ecuador y considerado por los científicos como el más maravilloso ecosistema del planeta.
Sirvió de base científica para el desarrollo de la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin.La tierra es de origen volcánico.La Unesco declaró a Galápagos “Patrimonio de la Humanidad”.
Nos asombramos al ver tortugas gigantes, tortugas de las Galápagos que dio el nombre a las islas, además de iguanas terrestres y marinas, mamíferos como el león marino o lobo marino de las Galápagos o lobos peleteros o lobos finos que es el más pequeño del mundo.
Aves endémicas como gaviotas, pingüinos, garzas etc.
Visitamos también localidades cercanas adonde llegamos por medio del ferrocarril – muy antiguo pero que fue renovado y le da una reminiscencia al ayer. Tras penetrar en sus suburbios contemplamos sus construcciones hechas en madera, chapa y juncos con elevaciones sobre el terreno de casi dos metros. Así llegamos a Babahoyo una típica ciudad donde su población disfruta mucho de la amistad, la familia, la educación y la cordialidad (algo que en la gran urbe de cualquier país cada vez está más distante).
Dejamos la Ciudad de Guayaquil -Puerto principal de Ecuador – considerada modelo de regeneración urbana en Latinoamérica y que se consolida cada vez más como uno de los destinos de convenciones más importantes de la región.
De regreso visitamos Quito, ciudad pujante y moderna que mantiene intacto su patrimonio histórico y cultural. Nuestro cometido era conocer su inconmensurable riqueza histórica, cultural y arquitectónica y poder vivenciar otra de sus facetas que tiene que ver con su intenso movimiento financiero, comercial e inmobiliario al nivel de los países más progresistas.
Nos encontramos con una ciudad dual. Una que conserva su estructura edilicia antigua manteniendo sus patrimonios socio-culturales y tradicionales y la otra con zonas de construcción muy moderna y barrios lujosos, todo en el marco de una actividad plena en donde se destacan empresas bancarias, inmobiliarias y Shopping. Dos facetas totalmente disímiles.
Visitamos la Ciudad Vieja con un recorrido imperdible por sus calles, sus viviendas típicas, sus monumentales iglesias y basílicas. Nunca imaginamos que en tan pocas cuadras pudiesen existir tantas con un testimonio religioso e histórico cultural tan rico.
Cabe acotar que, por su belleza arquitectónica, tradiciones, rincones místicos y expresivas leyendas que brotan en cada lugar, es considerado “Relicario del Arte en América”, lo cual motivó que en noviembre de 1978 fuera reconocida como la primera ciudad del mundo en ser declarada por la UNESCO como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”
También pudimos ascender al “Panecillo” un monte habitado generalmente por sus antiguos moradores y sus sucesores y que mantiene su inmensa riqueza cultural y social. Sus calles empedradas que bordean el monte de alrededor de 500 metros permiten visualizar desde la cima gran parte de la ciudad – ubicada a 2800 metros sobre el nivel del mar – como así también las montañas y volcanes de la Cordillera de los Andes (algunas aún nevadas) que rodean la Ciudad.
Otra alternativa que no puede omitirse es visitar la Mitad del Mundo, denominada así pues ello está fehacientemente comprobado y, consecuentemente, desfilan por el lugar miles de visitantes de todo el mundo. Allí se encuentra el monumento que simboliza el lugar y también a escasos metros se encuentra un museo que ofrece una experiencia única. Recorrer sus instalaciones nos transporta al pasado y allí se realizan demostraciones en donde se verifican las diferentes corrientes y direcciones del agua que se producen entre los hemisferios oriental y occidental que fundamentan el centro de gravedad que allí se encuentra.
Cercano a ello se puede visitar la Reserva Geobotánica Pululahua en donde existió antiguamente un volcán – ya desafectado – que convirtió el lugar en un valle paradisíaco y en donde sus moradores han cultivado diversas especies frutales y vegetales, todo rodeado de la magnificencia de sus laderas montañosas que han quedado como único vestigio del volcán que al erupcionar hacia su interior dejo un amplio espacio hoy transformado en ese preciado valle. яндекс
Se nos acabó el tiempo y dejamos Quito con la sensación de haber estado en la actualidad pero también en el pasado.
Así transcurrió nuestro extenso pero magnifico viaje que nos mostró la importancia de Ecuador en el mundo del turismo: sus patrimonios culturales; diversidad de lugares a visitar (mar, sierras, aventura) y su calidad de servicio. Un viaje hacia la fantasía y la realidad de un maravillosopaís.
Carlos Masip
Director de Compartiendo