Reflejos del alma
“Estoy viva y aquí estoy” es el título de la muestra con la que esta artista sorprenderá a partir del próximo viernes en La Noire Café. Una instalación conceptual que desnuda su diálogo interior, pone de manifiesto sus raíces y descubre la mirada a través del lenguaje del agua.
En su primera exposición como fotógrafa Rosa Bodni no solo mostrará su arte, sino que compartirá el resultado exquisito de una fuerte introspección, una búsqueda interior a la que llegó en plena pandemia y luego de que le diagnosticaran cáncer.
Es que lejos de detenerse, esta médica de 53 años, decidió no quedarse solamente en esa lucha ineludible. En medio de sus salidas para realizar el tratamiento, se encontró con una ciudad mágica, hermosa, desierta… y la comenzó a retratar.
“Cuando parecía que el otoño me había brindado todo su color, que se aproximaba la nada, llegó el invierno con sus sombras maravillosas y la lluvia con su danza de rondas. Y caminé y caminé, incluso cuando estaba prohibido, por momentos al límite de mis fuerzas, sin detenerme nunca, sintiendo un ritmo en la música, los colores, la literatura, el francés…” así describe Bodni ese estado de contemplación que le permitió reencontrarse.
Los límites no la asustaron. Descubrió un lugar en el mundo más allá del sanatorio, el bohemio La Noire Café. Conoció gente, se apropió de ese espacio para dar rienda suelta a su creatividad y abrazar la pasión por la fotografía.
Por eso, será allí mismo donde desde el viernes 4 de marzo podrá verse su muestra titulada “Estoy viva y aquí estoy”. La instalación, que cuenta con la curaduría de Vicky y Eugenia García Bouza y Magie Abásolo de GBA estudio, tendrá las fotos a la venta al igual que el catálogo.
Pero esta artista no llegó hasta aquí por casualidad. Su trabajo la llevó a conectar con sus raíces. De su bisabuela francesa recibió el nombre. Su sensibilidad la identifica con sus abuelos: Ana Paley, que se destacó en la plástica; Horacio Buceta, en la madera y Mary Hahn que estudió con Alfonsina Storni.
Con ese legado en la mochila, Rosa Bodni concibe una obra con lenguaje propio, el que desarrolló en sus largas caminatas. Elige imágenes potentes y por momentos oníricas que dejan al descubierto su mirada a través de reflejos en el agua. Una invitación para asomarse a un mundo distinto y sorprendente, un mundo que bucea en los secretos del alma y del cual ningún espectador podrá salir indiferente.