A través de sus redes sociales, el INPROTUR destacó el cielo de la localidad catamarqueña, que se muestra como uno de los más aptos para ver las estrellas.
A diferencia de otros segmentos, el astroturismo no depende sólo de una infraestructura acorde o de una serie de servicios aptos para la actividad, sino que su desarrollo necesita de factores externos que escapan de la influencia del trabajo humano, como las condiciones climáticas, por ejemplo. En ese sentido, los sitios que cuentan con cielos limpios son los destinos en los que se suele llevar adelante el avistaje de estrellas.
El Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR) destacó a través de sus redes sociales los espacios existentes en la ciudad catamarqueña de Antofagasta para el desarrollo del astroturismo. “Hay cielos que cargan tantas estrellas que se confunde, dónde empieza el suelo y dónde el resto del universo”, expresa la última publicación del organismo.
Además, en el destino se desarrollan otro tipo de actividades relacionadas con el turismo al aire libre en diferentes paisajes naturales, como el Salar de Antofalla, uno de los lugares más inhóspitos e inaccesibles de la Puna. Se trata de un salar de 163 kilómetros que se presenta como un amplio espacio vacío de agua y vegetación. Por ejemplo, en el extremo sureste del lugar se exhibe árido y ornamentado con formaciones salinas terciarias.
Laguna Grande, a 3700 metros sobre el nivel del mar, es otro de los sitios recomendados. En este sitio, de septiembre a enero, es el hábitat de más de 20000 parinas (flamencos rosados).
Por otra parte, el volcán Galán, con una altura de 5912 msnm, presenta en su cima tres altares ceremoniales donde se hallaron estatuillas de oro y plata. En el interior de este atractivo local se encuentra la Laguna Diamante, hábitat de flamencos rosados que se muestra como un espacio ideal para los avistajes y safaris fotográficos.
La gran cantidad de atractivos con los que cuenta la localidad representan un abanico de opciones para visitarla, y la limpieza de sus cielos, una oportunidad para relajarse al caer la noche.