Con discursos del presidente de la República, Iván Duque; la alcaldesa de Bogotá, Claudia López; Nicolás García, gobernador de Cundinamarca; y la presidenta de Anato, Paula Cortés Calle, se inauguró la versión 40 de la Vitrina Turística. En su intervención, la directiva gremial repasó el tránsito y afectación del sector turismo durante el último año de pandemia y formuló una serie de solicitudes al Gobierno Nacional.
El evento se puso en marcha, como es habitual, en Corferias, pero en esta ocasión ocupó solamente el Gran Salón Oscar Pérez Gutiérrez, con una marcada reducción en participantes y expositores, especialmente los del ámbito internacional. Se destacó la presencia de Argentina, país invitado a la feria, y las delegaciones de México y Panamá. En contraste, la participación de los destinos nacionales dominó el escenario ferial, acompañada de algunas cadenas hoteleras y grandes agencias de viajes que le cumplieron la cita al evento. Según manifestó el gremio organizador, se esperan 8 mil visitantes profesionales durante cada día, del 16 al 18 de junio.
A pesar del tamaño reducido, la realización del evento se ha interpretado como un mensaje de esperanza para el sector. Con el dato curioso de ser el último gran evento del turismo celebrado en Latinoamérica antes de que estallara la pandemia y el primero en realizarse de cara a una reactivación turística, la apuesta es que la feria se convierta en punto de partida para el reinicio de los viajes.
Pero más allá de lo que dicte el mercado, en el primer día de feria la atención estuvo situada en el evento inaugural, en donde la presidenta de Anato hizo un recuento de la afectación sufrida por las agencias durante la pandemia, agradeció al presidente la implementación de algunas medidas de apoyo y formuló una serie de pedidos al Gobierno Nacional.
Es el caso del Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF) y el Programa de Apoyo para el pago de la Prima de servicios (PAP), que, según Cortés, alivianaron la carga del sector turístico, minimizaron la pérdida de empleos y permitieron la operatividad de muchas empresas. “Solo pedimos que estas medidas puedan extenderse hasta diciembre del 2021”, apuntó la presidente del gremio y recibió una respuesta afirmativa del presidente Duque.
En esa misma línea, ante la negativa de la banca privada de apoyar a las empresas turísticas, pidió nuevas alternativas de crédito con cubrimiento del FNG en un 90%, y con periodos muertos de pago de al menos dos años, además de tasas de interés llamativas. “La industria turística requiere un impulso adicional, aun no llega ni a un tercio de la reactivación del año 2019, las cifras están por debajo del 35%, alejándonos del punto de equilibrio que requerimos”, afirmó.
De cara a la reactivación, la líder gremial destacó medidas como la exención del IVA en servicios de hotelería y turismo, la reducción del IVA en servicios de transporte aéreo de pasajeros, la eliminación de la prueba PCR para viajeros internacionales y la apertura del comercio en Bogotá, todo lo cual “abre aún más la esperanza de que el segmento de ferias eventos y convenciones, que tanto le genera al país, pueda también reactivarse”.
Sin embargo, en este punto Cortés Calle dejó entrever una preocupación que aqueja en silencio al sector turístico y es la afectación de la imagen de Colombia como destino internacional por cuenta de la pandemia, pero también por los recientes episodios de orden público. “Presidente, debemos trabajar con la Cancillería, ProColombia, las embajadas, con las agencias de viajes que participan en ferias internacionales, para que en cada uno de los países a los que visitamos como segmento objetivo, tengamos como plan de trabajo el mejoramiento de las advertencias a los viajeros que cada país emite”
A ello sumó la necesidad de fortalecer el Viceministerio de Turismo para que este organismo sea en verdad la sombrilla de la política turística y “dé las instrucciones a entidades como el Fontur en la ejecución de los recursos fiscales y parafiscales, en la medida que son limitados”.
En el ámbito aerocomercial, Cortés enfatizó en la necesidad de recuperar la conectividad aérea tras la pérdida de por lo menos el 34% en rutas nacionales y 57% en internacionales. Pero no dejó atrás una preocupación de vieja data que hoy está más vigente que nunca: la responsabilidad de las aerolíneas de cara a los pasajeros y sus intermediarios las agencias de viajes.
“Las empresas de transporte aéreo que decidan operar en Colombia además de tener la solidez financiera, administrativa y operativa suficiente, de cara a los consumidores, deben tener la forma de garantizarles que responderán en caso de no poder prestar los servicios”, afirmó la presidenta y pidió una mesa de trabajo con la SIC, el Ministerio de Transporte, la Aerocivil y los gremios.