Saborear un delicioso taco mejicano respirando la historia de un antiguo patio lechero. Remontarse a los almuerzos en la casa de los abuelos con un clásico sifón sobre la mesa. Disfrutar de una película de culto con los pies enterrados en la arena dentro de un jardín tropical. Estas son solo algunas de las propuestas que convierten a Buenos Aires en una ciudad donde es posible sentirse de viaje durante las noches de verano.
¿Enero en la ciudad? Estos cinco bares con espacios a cielo abierto son una opción para cortar la rutina y redescubrir tradiciones en lugares amigables en esta época del año.
Sifón, el bar que reivindica la soda
Una refrescante jarra de vermú para compartir. Un sifón de vidrio sobre la mesa para acompañar a gusto. Reposeras desplegadas sobre un piso de baldosas calcáreas entre paredes descascaradas. Esta es la propuesta de Sifón, el bar de Chacarita, que abrió hace tan solo cuatro meses y que todos los días se llena de vecinos, turistas y jóvenes.
En el local donde funcionaba una antigua casona de antigüedades, hoy se preparan cocktails sobre una barra de hormigón. Y con una particularidad que hace que este salón sea tan popular: todos sus tragos son a base de soda. Las empanadas de osobuco, la provoleta y el matambre con puré de papas son algunas de las especialidades a la plancha que pueden acompañar las bebidas.
En Jorge Newbery 3881, Chacarita. Abierto de lunes a viernes a partir de las 18, y los sábados y domingo a partir de las 11. Precio de jarra de vermú para sodear entre dos personas: $400. Provoleta con tomate y albahaca: $280.
Bar de Kowalsky, el patio más grande de Almagro
Un cable con luces de colores que se enciende por las noches, un arenero que invita a acomodarse en reposeras entre sombrillas y una barra de madera rústica con cocktails recrean el encanto de una playa tropical. Con una marcada impronta cultural, su patio alberga desde encuentros de juegos, poesía, fiestas temáticas o proyecciones de películas. Las arepas, tapeos gourmet y panes caseros convierten las noches de Kowalsky en una experiencia única en la ciudad.
En Billinghurst 835, Almagro. Abierto de martes a domingos, a partir de las 19. Arepizzas (con cebolla caramelizada y capresse): $280. Pinta: $130.
Patio de Los Lecheros, con opciones para todos los públicos
En la esquina donde alguna vez se descargaron los tarros de leche que el tren traía de los tambos del interior del país, se impone este patio adoquinado, el sitio ideal de Caballito para disfrutar en familia, y que admite a mascotas.
Al ingresar al predio, resuena la música de un bandoneón de un grupo de tangueros que se pasea entre las mesas. Los más chicos disfrutan de los shows infantiles. Los amantes de la cocina de mar saborean un ceviche, y al mismo tiempo se huele el aroma humeante de un shawarma, entre otras de las ofertas gastronómicas del lugar. Quienes buscan tranquilidad pueden disfrutar de una lectura en el sector de librería acompañado de una copa de vino boutique. El trago más codiciado es el mojito con menta recién cortada de la huerta urbana.
Avenida Donato Álvarez 175, Caballito . Abierto de martes a domingos y feriados. Mojito: $200. Shawarma con papas y ensalada: $350.
Invernadero, el primer bar de gin tonic tirado artesanal del país
Otra de las opciones más novedosas que ofrece la ciudad es disfrutar de un exclusivo gin tonic de la casa con una selección de tapas contemplando el edificio de la Biblioteca Nacional en el entorno natural del Bar Invernadero. Juani Calcaño, el bartender, describe la carta de tragos de autor con el mismo esmero con que sirve el cedrón que trajo de su propia huerta en un copón de gin tonic tirado. Cuando se refiere a las recetas le brillan los ojos: «Contamos con 14 variedades de gin para todos los paladares cuyos nombres están inspirados en obras literarias. La tónica también es una receta propia de la casa. El trago más audaz: Macedonio, a base de morrón amarillo con ananá».
Agüero 2502, Recoleta. Abierto todos los días a partir de las 8 hasta las 2. Gin tonic en happy hour: $280.
Club Lucero, la joya secreta de Palermo Hollywood
Cualquiera que visite Palermo Hollywood, coincidiría en que el bar con opción de cielo abierto más aclamado es Club Lucero. Luego de atravesar una pequeña puerta, una selección de tragos de la casa y una lista de cerveza tirada figuran en un pizarrón sobre el sector de la barra. Su salón interior de baldosas en blanco y negro y sus discos de vinilo que corren sin pausa aseguran una noche de verano inolvidable. Eso sin contar el secreto más preciado del lugar: su largo patio trasero iluminado entre enredaderas colgantes.
Nicaragua 6048, Palermo. Abierto de martes a sábados a partir de las 18. Maracuyá en flor, a base de gin: $270.
Lucía Cullen