Chateau d’Ancón abre sus puertas para vivir una experiencia única en el Valle de Uco, ofreciendo una opción de alojamiento singular y elegante, en una de las mansiones más emblemáticas y perteneciente a una de las familias más tradicionales de la provincia.
Con el Cordón del Plata como custodio imperturbable del paso del tiempo e inmerso en la histórica estancia de más de 2.300 hectáreas de la familia Bombal, Chateau d’Ancón es una propiedad icónica de la provincia de Mendoza. Este castillo de estilo ecléctico, con reminiscencias neo – coloniales californianas y francesas, invita a descubrir su historia, sus secretos y su colección
de obras de arte en el casco de una estancia en la que conviven bosques de nogales, vides, castaños, cerezos, caballos y su cabaña de ganado Aberdeen Angus.
La propuesta incluye desayuno, almuerzo, té y cena, y la posibilidad de realizar una amplia gama de actividades como cabalgatas, travesías 4×4 por los viñedos, caminatas por los bosques de nogales, degustaciones de vinos en la bodega, paseo en break y menú de pasos. Su anfitrión, Jorge Bailey -marido de Lucy Bombal-, y la Manager de Hospitalidad, Romina Cambiasso, son las personas detrás de cada detalle para aportar aún más valor a las vivencias de los huéspedes y visitantes en la propiedad.
En Chateau d’Ancón la historia, el arte y la tradición se encuentran con la hospitalidad contemporánea, la cocina de autor y el producto local en un equilibrio que hace al todo memorable
Las claves de la propuesta turística están centradas en el alojamiento y acompañadas de una cocina de campo contemporánea, sobria y creativa, que privilegia el producto local con la firma del chef Hernán Simesen.
En Ancón, los alimentos son cultivados en armonía con la naturaleza y la historia del terroir de la mano del horticultor Andrés Ramondi. Por lo tanto, la calidad de su cocina de entorno está centrada en estos cultivos ecológicos que se desarrollan acompañando los ciclos naturales y estacionales de la región. Los lácteos de producción propia -como el dulce de leche y el yogur que sirven en el desayuno-, las frutas de la estancia y las flores y hierbas aromáticas de la huerta son protagonistas en una gastronomía que enaltece la calidad, la frescura y la temporalidad de la materia prima.
El Chateau d´ Ancón ofrece también la posibilidad de organizar eventos sociales y empresariales con un toque único y exquisito de sofisticación, pero con la profesionalidad de un equipo altamente capacitado para llevar adelante todo tipo de encuentros. Las Bodas de Destino una especialidad.
Sobre El Chateau y la Familia Bombal
El chateau fue construido en 1933 en el terruño de Ancón, departamento de Tupungato, con materiales traídos especialmente desde Francia, Italia y Portugal por Domingo Lucas Bombal -padre de Lucila “Lucy” Bombal-, quien se inspiró en todo aquello que lo había maravillado durante sus años en el Viejo Continente para recrear el carácter aristocrático europeo en la residencia familiar de verano. Sin embargo, fue su hija Lucy quien transmitió su estilo y su impronta a cada rincón del Chateau d’Ancón. Tal es así, que el presente de la propiedad es un homenaje al legado de Lucila, cuya presencia aún irradia luz en cada espacio del castillo.
En las antípodas del lujo estridente y la ostentación, Chateau d’Ancón tiene el encanto genuino de lo clásico y lo atemporal, envuelto en un halo de unicidad proveniente de su historia familiar y de haber sido escenario de incontables tertulias y encuentros sustanciales para la vida cultural de la región cuyana. Los muebles, las piezas de la decoración, la vajilla de porcelana francesa Limoges y la cristalería de Bacarat fueron transportadas desde Europa al puerto de Buenos Aires y desde allí llegaron en tren a vapor a Mendoza. Así, cada detalle en el chateau es un auténtico vestigio de la Belle Epoque.
Las obras escultóricas y pictóricas, los tapices y la biblioteca que alberga una colección de libros de más de un siglo de antigüedad en francés, inglés, alemán y español convierten al castillo en un museo que cobra vida ante los ojos de quienes lo visitan. Las galerías con sus pisos de mármol, el comedor señorial, el pub inglés, las habitaciones con su decoración original, la sala de música dominada por el piano Steinway & Sons de 1914 y el jardín diseñado por el paisajista francés Carlos Thays, hoy trabajado por el paisajista Eduardo Vera, invitan a un viaje al pasado en el que todo está en perfecta sintonía.
Históricamente, la familia Bombal fue pionera en la elaboración de vino en Mendoza con su bodega original fundada en Guaymallén en 1914, que llegó a tener capacidad para elaborar 10 millones de litros de vino al año. En la estancia, a escasos metros del Chateau d’Ancón, los Bombal inauguraron su segunda bodega en 1926 -posteriormente remodelada en 1999- que continúa en manos de sus propietarios. Allí, con la intención de llevar al terruño de Ancón al lugar que merece en el mapa vitivinícola argentino y recuperar su tradición bodeguera, el joven enólogo Emiliano Turano Ochoa se encuentra trabajando actualmente en sus vinos de altura (la finca está implantada a más de 1.400 metros) con la asesoría de Juan Pablo Michelini.
Pagina web www.chateaudancon.com.ar