Una reciente visita a San Sebastián me ha ratificado en la idea de que esta ciudad española es la auténtica Meca del pincho y la tapa. Con solo darse una vuelta por su Casco Viejo o por cualquier otro lugar y adentrase en cualquiera de sus muchos establecimientos de hostelería veremos que la oferta de cocina en miniatura es extraordinaria. Tanto a la hora del aperitivo como a la de los vinos de la tarde, el visitante se verá sorprendido por la variedad y cantidad de aperitivos que se nos presentan en las bien surtidas barras.
Pero, antes de seguir adelante, quizás convenga matizar las diferencias entre pinchos y tapas. Son cosas parecidas, pero, no iguales.
Seguro que más de una vez hemos pedido una tapa de algo y os habéis sorprendido porque lo que nos sirvieron era un pincho, o al revés, pedimos un pincho y nos dan una tapa.
La diferencia ha sido motivo, en más de una ocasión, de debate, dado que cada uno la interpretamos de distinta manera. Para aclararnos, lo mejor es recurrir al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua donde vemos que define la tapa, en su acepción número 8, como una “pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida”, y al pincho, en su acepción número 4, como una “porción de comida tomada como aperitivo, que a veces se atraviesa con un palillo”. La verdad, es que la RAE no deja muy claro la diferencia entre ambos.
Dentro de las diferencias entre tapas y pinchos, la principal es que la tapa siempre se sirve en plato, y por lo general acompañada hay que ayudarse de cubiertos para comerla. En cambio el pincho normalmente se sirve sobre un trozo de pan u otra base comestible, cuyos ingredientes en la mayoría de los casos van sujetos con un palillo y se comen de uno o dos bocados sin necesidad de cubiertos.
Para ilustrar la diferencia de tamaños, a pesar de ambos ser una pequeña cantidad de comida, el mejor ejemplo es el de la tortilla española. Cuando se pide una tapa de tortilla nos la suelen servir en forma de triángulo y en un plato y con sus cubiertos. No es normal que nos sirvan un pequeño cuadradito pinchado en un palillo.
Bueno, pues a lo que íbamos. Hablando de pinchos y tapas, sí, San Sebastián es un auténtico Paraiso y una de las señas de identidad de Euskadi. Cuando a un bilbaíno se le habla de la riqueza de la oferta de cocina en miniatura de la Ciudad de la Concha, suele responder “Si, pero ellos hacen los pinchos para los franceses y nosotros los elaboramos para comerlos nosotros”. En clara alusión a los muchos turistas que llegan desde la vecina Francia a disfrutar de la oferta de bares y cafeterías.
Chipirón relleno de crema de boletus, tosta de berenjena con queso y salmón bañada en crema de yogur, milhojas de verduras salteadas…. Asín de sofisticados son algunos de los riquísimo pinchos que puedes encontrar en las barras de los abres, entre otras, de 31 de agosto, Mayor, Embeltrán y Reyes Católicos.
Alguien, para comer algo entre vino de Rioja Alavesa y chacolí, comenzó con las humildes Gildas, las banderillas y los sencillos Péles o huevos cocidos, pero los bares y tabernas se fueron esforzando hasta que aquellos sencillos pinchos dieron paso a la sofisticada ciencia de la nanogastronomía. La cocina en miniatura se ha convertido en un espectáculo, tanto que la televisión vasca, como si se tratase de una final futbolística, retransmite en directo el desarrollo del Campeonato EuskalHerría de Pintxos.
Y recorriendo las calles de San Sebastián es recomendable acercarse hasta el Museo del Whiski en el que hay 150 marcas a la venta del público y 3.400 en exposición en sus vitrinas.
San Sebastián, es una ciudad para descubrir las calles de su casco antiguo, además de degustar sus famosos pinchos y pasear por la bahía de la Concha. Pero nosotros nos vamos a dejar llevar de la mano de Elena Estomba, subdirectora del Hotel de Londres y de Ingalterra, para conocer los 10 principales atractivos turísticos y atracciones de la ciudad.
El paseo Nuevo es el que va bordeando el Monte Urgull. Desde la parte Vieja siguiendo la dirección del monte, dejando el puerto a mano izquierda podrás hacer todo el recorrido que se encuentra a sus pies. Aquí te encontrarás en el punto más cercano de San Sebastián a la hermosa isla de Santa Clara. El paseo nuevo es un recorrido para no perderse, no obstante se tiene que tener cuidado con las condiciones del mar, ¡si está enfadado te puedes mojar!
La Catedral del Buen Pastor se encuentra en la plaza del mismo nombre. Fue construida en el año 1897 según el estilo neogótico. Posee una planta rectangular y simétrica, de cruz latina y con tres naves, transepto y presbiterio. Está construida con sillería de piedra arenisca procedente de las canteras del monte Igueldo. Dotada de abundantes elementos decorativos tales como las vidrieras de Juan Bautista Lázaro, gárgolas y elaborados pináculos. Merece particular mención el órgano de la catedral considerado uno de los más grandes de Europa. Desde 1953 ostenta el rango de catedral.
Es el casco antiguo de la ciudad está al pie del monte Urgull, encajada entre el puerto y la desembocadura del río Urumea.Es probablemente una de las zonas más características de la ciudad y centro de atracción y diversión. Merece la pena perderse por sus calles y probar, de bar en bar, los típicos pinchos.
Las tres famosas esculturas de Eduardo Chillida se encuentran al final de la playa de Ondarreta. Están incrustadas en las rocas justo a unos pocos metros sobre el mar. Cuando el viento sopla fuerte, empuja las olas contra las esculturas. El peine del viento se ha convertido con los años en el emblema de la ciudad. Aquí el arte humano se une a un increíble espectáculo natural.
Uno de los montes que custodian la Bahía de la Concha es el Igueldo. Se puede subir en funicular hasta la cima, desde donde se contemplan unas vistas espectaculares de la ciudad. Aquí encontrarás el parque de atracciones de Igueldo.
El Monte Urgull está justo al otro lado de la bahía. Desde este monte tendremos otra perspectiva de la ciudad. Se sube andando desde la parte vieja de Donostia y se tarda aproximadamente 20 minutos hasta la cima. Cuenta con muchos senderos y caminos por los que perderse y disfrutar de la naturaleza.
El Aquarium es el más antiguo del país. Sus recientes renovaciones lo han convertido en una estructura fuertemente ecológica. Es la atracción más visitada de la ciudad. Su fantástico túnel de cristal hará disfrutar a los más pequeños.
El de San Telmo es el museo más emblemático de la ciudad, reabierto en el 2011. Su exposición permanente muestra la evolución del individuo en la sociedad vasca, mayormente mediante piezas de etnografía y Bellas Artes. Cuenta con exposiciones temporales durante todo el año. Está justo al final del paseo nuevo.
La antigua residencia de verano de la monarquía española era el Palacio Miramar, que hoy alberga la escuela superior de música de San Sebastián y sirve para la celebración de grandes eventos. Dispone de unos jardines que merecen ser visitados. Uno de los edificio es uno de los edificios más bonitos de la ciudad es el Ayuntamiento, situado junto a la Bahía de la Concha, y rodeado por los jardines de Alderdi Eder.