
Por: Julieta Caggiano. Directora Periódistica.
El anuncio de los siete fines de semana largo que traerá el nuevo año generó algunos comentarios. Muchos recibieron la noticia con alegría, ya que significa la posibilidad de tomarse unas mini vacaciones, pero dentro del ámbito turístico nuevamente surgieron voces a favor y en contra.
Las cifras parecen apoyar a quienes están de acuerdo con la medida del gobierno. Durante el último fin de semana largo del 26 de noviembre, unos 980 mil turistas argentinos viajaron por el país, lo que significa un aumento del 20%, con respecto al mismo período del año pasado. En este sentido desde la Cámara Argentina de Turismo (CAT) consideran que ha dado buenos réditos a la actividad. “Cada fin de semana largo consolida el nuevo modelo de consumo turístico que es tendencia a nivel mundial: disfrutar de breves recesos a lo largo del año, en lugar de concentrar los viajes en las vacaciones de verano e invierno”, señaló Oscar Ghezzi, presidente de la entidad.
Según los datos provistos por el Ministerio de Turismo de la Nación, las llegadas totales acumuladas a los destinos de Argentina durante los fines de semana largo del 2012 alcanzarían los 11,1 millones, con un crecimiento del 43% con respecto al mismo período del año pasado.
Este incremento del movimiento turístico se sostiene durante los últimos años: en 2010 se habían registrado 6.188.140 llegadas, que implicaron un crecimiento del 14% sobre el 2009. Posteriormente, en 2011 fueron 6,9 millones de llegadas a los destinos nacionales, lo que representó un crecimiento del 51% sobre el 2010.
Sin embargo Graciela Fresno, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés asegura que los fines de semana largo no favorecen a la ciudad ya que es un mercado emisor y envía al interior del país muchos más turistas de los que recibe, aunque también reconoce que a nivel general son un fenómeno económico interesante. Para revertir esa situación considera que es “indispensable la generación de mayor cantidad de eventos en la Ciudad, que conciten la atención de nacionales y extranjeros”.
Es una realidad que los fines de semana largos rompen con la estacionalidad en numerosos destinos del país, a la vez que permite a la industria planificar con anticipación su pasos a seguir y proyectar un programa que no se centre exclusivamente en dos épocas del año.
Lo interesante sería quizás, además de romper con la estacionalidad, lograr también la diversificación de la oferta turística para que los beneficios de la Ley de Ordenamiento de Feriados lleguen a más destinos del país. Para esto entonces será imprescindible generar más atractivos y no esperar a que los turistas lleguen a los destinos por el sólo hecho de tener un día no laborable. Es necesario ofrecer propuestas interesantes y bogar por el profesionalismo, la calidad de servicio y la buena atención que siempre redundan en turistas satisfechos que regresan.
Los números demuestran que el primer paso fue positivo. Habrá que trabajar entonces en un segundo paso: lograr que esas cifras positivas se derramen a todo el país.



