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En Argentina hay siete Patagonias
02.05.2025 | CONOCIENDO LO NUESTRO
Patagonia es una palabra mágica. Nombrarla, convoca imágenes profundas y movilizadoras. Espacios inabarcables, silencios, poblaciones dispersas, y la naturaleza, casi como fue desde los comienzos.
Por: Ricardo Caletti, Presidente VISION Neuquén. www.ablturismo.com
Esta región en Argentina, contiene casi la mitad de la superficie terrestre del país - el 47 %, pero en ella vive apenas el 5 por ciento de la población del país. Alemania entra dos veces y media. Italia, 6 veces.
Sólo uno de los 19 partidos del Gran Buenos Aires - La Matanza- tiene el doble de habitantes que toda la Patagonia Argentina.
Pinos, truchas y ciervos colorados
Vaya a saber por qué, desde otros puntos del mundo se la asocia con pinos,- no son originarios del hemisferio sur del planeta-, con truchas,- fueron traídas para ser sembradas desde Europa y América del Norte, y con ciervos colorados, que son originarios de los montes Cárpatos en Austria. Digamos que con nada verdaderamente patagónico se asocia a esta región.
Una de las claves para comprenderla es su diversidad, porque siendo una, hay diferentes patagonias. Y eso, sin contar con la Patagonia Chilena.
Unidad de la luz
Pero lo único se refleja en lo múltiple. En términos de lo cotidiano, los colores del arco iris son la expresión de la unidad de la luz. Así como la luz se puede descomponer en siete colores, la Patagonia desde el punto de vista del turismo, se refleja en siete unidades zonales, comarcas o corredores. Cada uno con sus características e identidad.
El Gran Valle de la Patagonia es la zona más boreal que abarca el área entre los ríos Colorado y Negro. Es el espacio de mayor poblamiento de la región y el de más intensa colonización, teniendo a la producción frutícola como emblemática. Es un área de estepa y de monte transformada en gran medida por las actividades humanas.
Cinco Parques Naturales
Al oeste, está La Patagonia de los Lagos, con su lenguaje propio y singular, que arrinconada contra la cordillera abarca desde los lagos Aluminé y Moquehue al norte, en la provincia del Neuquén, hasta la comarca de Río Pico al sur del Chubut.
Esta maravilla natural, humana, cultural y paisajística incluye cinco de los grandes Parques Nacionales Argentinos: Lanín, Los Arrayanes, Nahuel Huapi, Puelo y Los Alerces. Con montañas, bosques y lagos, sol, calor y playas lacustres en el verano, nieve y esquí en el invierno, esta área tiene a Bariloche como la ciudad más grande, y se esparcen en diferentes rincones de la cordillera, pueblos intimistas y villas de montaña, entre los que San Martín de los Andes y Villa La Angostura resultan pequeñas joyas emblemáticas.
Otra faceta completamente diferente de esta enorme región, reside en La Patagonia de las Mesetas, un espacio de territorios escalonados, de ambiente seco, agreste, con puñados de poblados mimetizados con la tierra. La meseta de Somuncurá es la formación más representativa de esta unidad que se extiende hasta el valle del río Chubut, con sus notables formaciones rocosas que emergen en el Valle de los Altares.
Patagonia de las Playas
Al este, angosta y alargada se abre La Patagonia de las Playas, desde la desembocadura del río Colorado hasta la del río Chubut, con balnearios sobre el litoral atlántico, con enormes diferencias de mareas, costas acantiladas y restingas y en donde vive una notable diversidad de fauna. Uno de sus puntos emblemáticos es la Península de Valdés, con la ballena franca austral y las loberías, elefanterías y pingüineras como atractivos claves.
En esta Patagonia de las Playas, vaya a saber por qué, no hay localidad costera alguna que incluya la palabra “mar”. Pareciera que este vocablo hubiera sido apropiado por la costa bonaerense, donde se juntan todas las ciudades y pueblos con “mar” en su identidad: Mar del Plata, Miramar, Mar del Tuyú, Mar del Sur, Mar de Ostende, Valeria del Mar, Mar Azul, Santa Clara del Mar, Pinamar, entre muchos otros.
Coincidiendo con la superficie del antiguo Territorio Nacional de Comodoro Rivadavia, se extiende otra Patagonia. Desde el mar a la cordillera, la vastedad y soledad de este territorio atrapan. La sensación de intemperie es única. La escala humana se desdibuja entre ese océano terrestre poblado de pastos duros y de roqueríos arañados por el paso de antiguos glaciares. Allí conservan su libertad inicial las maras, los choiques, zorros, los guanacos y los vientos. Es la Patagonia Central, que contiene los bosques petrificados de Jaramillo, en Santa Cruz y de Sarmiento en Chubut, incluyendo el área del río Pinturas con su arte rupestre Patrimonio de la Humanidad.
Patagonia de la Estepa
Pero la sensación de transitar conmovedoras extensiones casi lunares en las que la vida natural fluye, tiene su máxima expresión en la comarca que se encuentra apenas al sur. La Patagonia de la Estepa abarca desde el río Deseado al río Santa Cruz, y es donde hay menor densidad demogáfica. Incluye la notable formación del Bajo de San Julián, que es la mayor depresión terrestre del continente con 116 metros por debajo del nivel del mar.
Finalmente, encontramos en este viaje hacia el confín, la Patagonia Austral, que se ubica al sur del río Santa Cruz e incluye la Isla Grande de Tierra del Fuego. Las notables masas de hielo del Parque Nacional Los Glaciares y el laberinto de canales fueguinos son los elementos claves de su identidad, que se refuerzan con la idea de “fin del mundo” que propone la ciudad de Ushuaia.
Gigantesco territorio y su belleza
Si, Patagonia es todo y cada una de estas áreas. Un gigantesco territorio que deslumbra por su belleza, por lo despojado de los diversos lenguajes de su naturaleza, por la riqueza humana y cultural tallada por los estímulos singulares que viven a diario sus pobladores.
Pero claro que el viajero que llega a la Patagonia Argentina, busca los pasos cordilleranos para que en un tránsito más abarcativo, se incluyan los atractivos singulares de la Patagonia Chilena. Lagos y ríos, volcanes y termas, glaciares volcándose en el mar, las inolvidables Torres del Paine, el Estrecho de Magallanes - próximo a cumplir 500 años de su descubrimiento-, la magia colorida de Chiloé, los canales marinos, Punta Arenas,- escala interoceánica obligada antes de la apertura del Canal de Panamá-, y hasta la mismísima Puerto Williams en la costa sur de la Isla Navarino, como localidad extrema del mundo.
¿Quieres conocer la Patagonia? Pues, empieza por alguna de todas.
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