INPROTUR nos lleva a recorrer estas obras maestras de la naturaleza, arquitectura y cultura que tanto enorgullecen a nuestro país.
El sonido de las Cataratas del Iguazú reluce como un beso perfecto del silencio. El crujir de la caída de uno de los tantos hielos del Glaciar Perito Moreno queda detenido en la memoria de cada viajero y viajera que llega a El Calafate. La Quebrada de Humahuaca nos obnubila con una paleta de colores vivos y legendarios.
Todos estos y tanto otros destinos forman parte de los #TesorosArgentinos, otra idea innovadora de Visit Argentina, con el objetivo de repasar ese gran legado natural, arquitectónico y cultural que tiene nuestro país y que integra el Patrimonio de la Humanidad.
Península Valdés: formalmente es un reservorio de biodiversidad y vida natural declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999 por la UNESCO. En el ideario popular, es la casa de la ballena franca austral, hito natural de la Provincia de Chubut y de la Patagonia. Avistajes increíbles, tête à tête con pingüinos amigos y el mar, siempre el mar, entre muchos imbatibles. Un imperdible: el método de varamiento de las orcas, casi imposible de ver en otra parte del mundo.
Parque Provincial Ischigualasto: la humanidad llegó a la luna en 1969. Sí, es verdad, pero nadie sabía que la misma ¡ya estaba en la Provincia de San Juan! Con un paisaje y suelos que remiten a la compañera nocturna, esta área protegida es conocida como el Valle de la Luna. Pisar este parque es ir de la mano de las huellas de los dinosaurios, que habitaron allí ¡hace 180 millones de años! Imposible no tomarse una foto en la Cancha de Bochas, el Submarino o el Hongo.
Qhapaq Ñan: significa camino principal en la lengua quechua. Lo más maravilloso de este circuito es la integración, la unión y el sabio sentido de construcción que tuvieron los pueblos originarios durante el auge del Imperio Inca. El camino es trasnacional y en Argentina atraviesa las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza.
Manzana Jesuítica de la Ciudad de Córdoba: en el corazón geográfico de Argentina y luego de tomarse un delicioso fernet con cola –este trago se popularizó tanto en Córdoba, que se hizo un must turístico- nos perdemos entre el bullicio del centro de una de las principales urbes del país para contemplar el legado de los Jesuitas. Este es el primer paso para iniciar el Camino de las Estancias Jesuíticas cordobesas en Colonia Caroya (1616), Jesús María (1618), Santa Catalina (1622), Alta Gracia (1643) y La Candelaria (1678).